[FOTO PRINCIPAL, pie:] Cortesía de CSAC.

En la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático de 2018 (COP24), en Katowice, se anunció que la COP25 sería en Santiago de Chile. Es ahí donde empezó a surgir una iniciativa de crear un espacio paralelo para que la sociedad civil latinoamericana pudiera profundizar y deliberar en torno a las problemáticas que está viviendo la región, sabiendo que quizá la “Zona Verde” de la COP25 no sería suficiente.

Así fue como se formó la Sociedad Civil por la Acción Climática, una plataforma de organizaciones chilenas de diverso tipo: ONG’s, sindicatos, colegios profesionales, organizaciones de base y agrupaciones religiosas o espirituales. Todas unidas por la preocupación por la crisis ecológica y climática en Chile y el mundo.

La Sociedad Civil por la Acción Climática, pues, organizó una “COP paralela”: la Cumbre Social por la Acción Climática (CSAC). Se realizó del 2 al 11 de diciembre, en el Centro Cultural Tío Lalo Parra, en la localidad de Cerrillos, cerca del centro de Santiago de Chile.

Si bien hubo una disminución importante de la cantidad de personas que asistirían a la CSAC, debido al cambio de sede de la COP25 de Chile a Madrid, se llegó a reunir entre 200 y 400 asistentes por día. Hubo alrededor de 20 actividades diarias, entre mesas de discusión, presentación de publicaciones, documentales, cátedras magistrales, conversatorios, talleres y presentaciones artísticas. Asimismo, se sumó un espacio académico con expositores del área de las ciencias que reubicaron algunas de las actividades que habían programado para la COP25 en Santiago.

La Ruta del Clima presentó dos ponencias. La primera, organizada por la ONG FIMA y World Resources Institute: “Aprovechando la Asociación de Gobierno Abierto para la generación de compromisos para avanzar hacia una acción climática transparente, participativa y responsable” junto a Andrea Sanhueza, Directora de Espacio Público y Constanza Gumucio. Y la segunda, “Cambio Climático y Derechos Humanos: un vínculo inevitable”, también por FIMA, y que reunió a Rubens Born, de Fundação Grupo Esquel Brasil, a Michael Prieur de CIDCE y a Santiago Cané de FARN.

La Ruta del Clima compartió sobre el enfoque de Derechos Humanos en los daños y pérdidas. Cortesía de CSAC.

Para Patricia Araya, coordinadora de Cambio Climático de FIMA y coordinadora de la Sociedad Civil por la Acción Climática, la propia formación de la plataforma es en sí uno de los principales logros de la CSAC.

“Esto va muy de la mano con el estallido social que ha habido en Chile, porque el descontento y la injusticia social tienen una raíz súper importante en los conflictos ambientales. Entonces, el que nosotros estemos ahora discutiendo, poniéndonos de acuerdo en distintos temas, nos da una base súper densa y sólida para enfrentar todo el proceso constituyente que viene”

Pero, ¿qué le deja la “COP paralela” a Latinoamérica? Además de una rica discusión, alianzas y espacios para compartir preocupaciones y avances, se generó un Manifiesto Latinoamericano por la Acción Climática, cuyo proceso de construcción inició mucho antes de la CSAC.

De hecho, en este manifiesto participaron diversidad de agrupaciones centroamericanas, a través del posicionamiento del foro “Centroamérica vulnerable ¡unida por la vida!”, que reunió a cerca de 200 organizaciones ambientalistas, principalmente centroamericanas, y tuvo lugar en San José, Costa Rica, el 5 y 6 de octubre de 2019.

El manifiesto se alimentó también de encuentros presenciales en Chile y Madrid, así como de espacios digitales en los que cualquier persona latinoamericana podía aportar, sin importar dónde se encontrara.

Araya, sobre la importancia del Manifiesto Latinoamericano por la Acción Climática:

“Nos da una especie de consenso basal respecto de cuáles son las cosas que tenemos que empujar como sociedad latinoamericana respecto a los temas que nos importan”

Patricia Araya, SCAC.

El lanzamiento se hizo de forma simultánea en la CSAC y en la Cumbre Social que se organizó en Madrid, el lunes 10 de diciembre, para que sirviera de insumo para los negociadores y negociadoras en la COP25.

Felipe Pino, del área de proyectos de FIMA, desde Madrid, reflexiona:

“Si bien los orígenes de esta crisis climática son globales, hay impactos latinoamericanos que compartimos, que son transversales, y que requieren de una acción climática desde los territorios pero que sea coordinada y que muestre que como región latinoamericana estamos unidos”

Felipe Pino, FIMA.

Ahora es tiempo para no volver atrás y que la acción climática nos incluya a todos y a todas. En este minuto histórico, Latinoamérica ha hablado.

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