Hoy en la Zona Azul de COP22 un colectivo de mujeres lanzó una pregunta: «¿Por qué necesitamos bigotes para ser escuchadas?». Esta acción fue organizada por el Grupo de Mujeres y Género de la Convención Marco de las Naciones Unidas Para el Cambio Climático (CMNUCC), con el fin de hacer consciencia sobre la representación y visibilización  de la mujer en la toma de decisiones.

Daniela Marín de la Delegación de jóvenes canadienses y quién formaba parte de esta acción comento que «estamos aquí reunidas porque queremos dar voz a la realidad que vivimos las mujeres que no somos incluidas en las decisiones a nivel comunitario, nacional y mucho menos internacional y esto hace referencia a la realidad política en la que estamos viviendo»

Bajo este concepto, las mujeres representaron diferentes sectores con figuras como el presidente, el líder religioso, la autoridad local y representantes de comunidades así como el activista entre otros que, bajo una perspectiva patriarcal simbolizada en el bigote, crean situaciones poco inclusivas para las mujeres.

«Aunque somos las mujeres las que estamos al frente de la lucha por la justicia climática, no estamos incluidas en posiciones de autoridad y poder. No deberíamos necesitar bigote para poder ser escuchadas, porque es así como nos sentimos: somos mujeres, personas activas, feministas, jóvenes que estamos aquí luchando pero no nos dan el espacio para poder aportar nuestras visiones y lo que conocemos», agregó Marín.

La acción continúa: las activistas, finalmente, retiran el bigote en un acto simbólico y reivindican cada uno de los sectores ahora con una posición de género. Esto para hacer un llamado: «Queremos atraer atención a la exclusión de las mujeres que es constante y persistente en las decisiones a nivel comunitaria, nacional e internacional», agregó la joven activista.

Participación de la mujer en COP22 

Este grupo de mujeres y hombres también resaltan en su mensaje sobre la participación de las mujeres en la toma de decisiones respecto a la justicia climática.   Ya que, a pesar de la vulnerabilidad de este grupo social al cambio climático, las mujeres son marginadas en los espacios de toma de decisiones. 

«Simbólicamente hay un espacio para las mujeres pero realmente es muy limitado y se ha ganado con mucha lucha y  sigue excluyendo a muchas mujeres: mujeres indígenas, mujeres de color, mujeres afro que no están acá», dijo.

Exigen, por lo tanto, ser escuchadas por parte de los delegados y delegadas que las representan. Que las realidades de las mujeres sean tomadas en cuenta a la hora de tomar decisiones respecto a la justicia climática.

«Que nos vean, que no nos invisibilicen, que nos escuchen, que se tomen el tiempo para entender un poco cuáles son las realidades que vivimos y que nos den el lugar que merecemos ¡La justicia climática si no tiene un enfoque de género es igual de opresiva!»

«¿Por qué necesitamos bigotes para ser escuchadas?», con esta pregunta este grupo demanda responsabilidad en la toma de decisiones. Pero, además, este espacio va más allá de generar presión en los y las tomadoras de decisiones sino también pretende «crear un espacio para que otras mujeres jóvenes u otras activistas puedan saber que estamos acá y  que las vamos a apoyar. A mis hermanas indigenas, afro racializadas, mujeres de todo el mundo, estamos acá representádolas,  pensádolas, solidarizándonos con ustedes ¡La lucha sigue!»