Niñez en la primera linea: Cambio Climático y los Derechos de la Niñez

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Autor: Charlotte Blondel

“Todos los adultos fueron niños… pero solo algunos lo recuerdan.”

Antoine de Saint-Exupéry, El Principito

El 8 de mayo del 2017, la CMNUCC tuvo por primera vez una reunión sobre los derechos de la niñez y el cambio climático. Estos derechos, ignorados durante mucho tiempo  en las reuniones climáticas, deben ser una preocupación principal para los Estados parte de la CMNUCC.  La Convención sobre los Derechos de la Niñez es una de los acuerdos más ratificados en el mundo, con 196 países parte. La Convención establece derechos de  los niños(as) y jóvenes menores de 18 años, que son aplicables adicionalmente a los derechos humanos que tiene tanto los (as) niños(as) como los adultos. Los Estados parte del Acuerdo de París en diciembre del 2016 se ha comprometido a tomar en cuenta «en sus obligaciones respectivas a los derechos humanos, el derecho a la Salud, el derechos de los pueblos indígenas, comunidades locales, inmigrantes, niñez(…)» »

El cambio climático impacta a la niñez de la manera más violenta e injusta. Nadie es más vulnerable a los efectos adversos del cambio climático que los más jóvenes. La contaminación, malnutrición, el desplazamiento forzoso afectan particularmente la mente y cuerpos de individuos que están en una etapa de desarrollo físico y mental.

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Niños(as) en la COP22 Cumbre de Cambio Climático. Foto: La Ruta del Clima

Las consecuencias son de por vida; la malnutrición y enfermedad vuelve los cuerpos frágiles por años, esto afecta la vida de los individuos pero también genera repercusiones económicas para todo un país.  El cambio climático representa un riesgo mayor para la salud de la niñez: según la UNICEF se estima que alrededor de 500 millones de niños(as) viven en áreas donde la contaminación es más alta de lo considerado  aceptable según la Organización Mundial de la Salud.

Por otra parte, los desastres naturales y el desplazamiento forzoso causado por el cambio climático  generan experiencias traumáticas para la gente joven, la cual no está preparada para sobrellevarlas. Las jóvenes se ven particularmente amenazadas, ya que ellas son más vulnerables ante la violencia sexual u otras formas de esclavitud. De hecho, casi todos los derechos sustanciales de los(las) niños(as) se ven afectados por el cambio climático: su derecho de vivir, comer, no ser discriminados, tener un nivel adecuado de vida, etc… El cambio climático es particularmente injusto en sus consecuencias: aunque los(as) niños(as) tienen la menor responsabilidad por la degradación climática, son los más afectados por sus efectos. También incrementa la disparidad en el mundo, creando una amenaza a la supervivencia de la niñez indígena y de aquellos que son parte de comunidades ya vulnerables. 

La niñez no solo tiene derechos sustantivos sino también tiene un derecho de naturaleza procesal. Ellos no solo son el legado que debe ser protegido, sino que también son actores del cambio. La agenda post-París debe enfocarse en la educación como el principal canal de empoderamiento de la niñez. En efecto, garantizar el acceso a la educación a la niñez de todo el mundo, tanto niños como niñas, facilitará herramientas poderosas a la próxima generación que debe enfrentar múltiples retos relacionados con el cambio climático. Sin embargo, los más jóvenes son ignorados en las negociaciones, aun cuando tienen derecho a participar e informarse. La UNICEF por medio de la Oficina de Alto Comisionado de Derechos Humanos (Resolución 35/13), y la Presidencia de FIJI COP23, son muy claros: se deben desarrollar estructuras para incluir a la niñez en los procesos nacionales e internacionales de toma de decisión.

La situación de la niñez ante el cambio climático es muy preocupante. Es una obligación legal de los Estados partes de la CMNUCC el incluir los derechos de la niñez en el corazón de las políticas climáticas, por lo que deben adoptar un enfoque basado en los derechos para la implementación del Acuerdo de París. Es una obligación moral para todos nosotros proteger y apoyar a los más jóvenes, dado que el cambio climático amenaza a esos que pueden arriesgar menos. Es nuestra responsabilidad preservar la esencia de la niñez.  No les quitemos los sueños. Seamos los héroes de la generación del mañana.

Artículo traducido por La Ruta del Clima de su versión original  publicada por Climates(Ver versión original)

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